Elecciones 22 de Mayo

Llegó el gran día. Hoy toca madrugar mucho. Lo primero que hago es desayunar bien e ir a votar. Tengo que estar pendiente de los interventores y apoderados de mi partido por si necesitan algo. La jornada se presenta dura.

Llegué pronto. Había ya gente madrugadora votando, amigos e incluso algún periodista de TVE. Pasé junto a mis compañeros de partido todo el día pendiente por si sucedia algo. Estaba muy tenso. También estaba pendiente de los resultados de las otras elecciones aunque estaba más centrado en los del municipio.

Al final llegó la hora de cerrar las urnas. Esperamos un poco en la puerta del ayuntamiento hasta que nos indicaron que podiamos entrar al recuento de votos. Estaba toda la sala llena, la gente estaba deseando saber los resultados.

Empezó el recuento. Yo intentaba apuntar de cabeza los votos que llevaban cada uno de los tres partidos que se presentaban en las municipales. La gente me iba preguntando cuanto llevaba cada uno. Me despistaban un poco. El silencio se interrumpia muchas veces por el sonido de un movil del grupo del PSOE, que se reian sin respeto a los demás. Algunas personas no saben como comportarse y no guardan las formas, me refiero al que va de segundo en la lista del PSOE. Parecen niños.

Hasta muy pasadas las once de la noche no hubo resultados definitivos. Fueron cerca de cuatro horas de tensión. Y luego otras dos de emoción. Supimos al final lo que habían decidido los ciudadanos de Maello. Perdimos un concejal, la gente había hablado y hubo muchas circunstancias que inclinaron la balanza hacia una mayoría absoluta del PSOE. Por pocos votos podría gobernar el partido socialista sólo. Felicité al ganador. Y fui a la entrada, donde había un montón de personas aguardando los resultados. Volví a dar las gracias. Les dije que estaba a disposición de Maello y que trabajaría por ellos desde ese momento.

Vi las caras de mis compañeros emocionados, de mis amigos, mi familia ......yo los intenté calmar. Era lo que había decidido los ciudadanos. Eso es la democracia.

Al día siguiente con las pilas recargadas analizo los datos y me pongo a preparar los próximos cuatro años. No es el momento para lamentaciones. Es el momento de mejorar, seguir trabajando y no defraudar a todas esas personas que han depositado en mí toda su confianza.